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Alfredo
Medina
José Manuel Nuez |
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Los
modelos de Mitsubishi Montero que salieron de la factoría
Japón Motor.

Texto
: Alfredo Medina | Fotos: José Manuel Nuez
El Montero
fue el modelo con el que Mitsubishi se lanzó a la
conquista de muchos mercados en el mundo, también
el de Canarias. Aquí llegaron los japoneses mucho
antes que al resto de España, por razón de
los puertos franco que existían entonces. Era el
nacimiento de una nueva categoría de vehículos;
los 4x4 que hasta ese momento habían sido los Land
Rover para un uso fundamentalmente agrícola, vieron
como llegaban modelos como el Land Cruiser de Toyota y el
Montero de Mitsubishi, con un alto equipamiento, una sensación
de seguridad y un precio muy competitivo
Mitsubishi vio
en la competición un escenario ideal para dar a conocer
sus modelos y transmitir al mercado sensación de
fiabilidad, de dureza, de seguridad, y rápidamente
se interesaron por las competiciones off-road, tanto en
el mercado Asia-Pacífico, como especialmente en las
pruebas de repercusión internacional. Varios éxitos
en el París-Dakar animaron a la marca a desarrollar
un potente equipo unido a su importador en Francia, Sonauto,
que contaba con amplia experiencia en el París-Dakar
así como de los pilotos adecuados. Victorias en el
París-Dakar, la Baja Aragón y otros rallys
internacionales catapultaron el prestigio del modelo y de
la marca.

En Canarias,
Mitsubishi había sido representada por la extinta
Hernández Hermanos, que a principios de los años
80 cedió el testigo a Japón Motor, empresa
del Grupo Ahlers y Rahn. Japón Motor era importador
directo de fábrica, y Canarias era el mercado de
Europa donde la cuota de mercado de Mitsubishi era más
alta, mucho más alta que la de Alemania (cuota, no
unidades), y aquello para Japón era tan impresionante
que ayudaban a Japón Motor en todo lo que pedían.
En aquellos
años, la competición en Canarias era también
una gran oportunidad para darse a conocer, y así
lo hicieron inicialmente con un equipo de asfalto con un
Mitsubishi Lancer Turbo pilotado por Carlos Hafner. Las
competiciones en tierra eran inexistentes hasta 1987, con
el nacimiento del campeonato Camel Off Road, en el que rápidamente
se interesó Mitsubishi. Pese a que el Lancer de tracción
trasera llegó a ganar incluso un rally ese año,
era una modalidad donde la tracción total era imprescindible
y rápidamente llegaron las versiones de rally del
Montero, para aprovecharse de su imagen ganadora internacional
y repetir localmente esa experiencia.

Pese a que algunos
privados habían introducido el Montero Diesel en
los primeros Camel Off Road, fue a finales de 1987 cuando
Japón Motor introdujo el primer Montero de competición,
un modelo preparado localmente. Era el conocido GC-4404-AD,
que comenzó con carrocería de chapa y motor
de gasolina (220 CV) en manos de Carlos Hafner. En 1988,
con la retirada de Hafner de la competición, este
modelo sufrió una gran renovación, se le instaló
una carrocería de fibra (básica para bajar
el centro de gravedad) y se le potenció el motor
de gasolina. Los acuerdos de Japón Motor y Camel
para patrocinar todo el campeonato, facilitaron que su piloto
Fernando Capdevila fuera el conductor de este vehículo.
El campeonato se había reforzado muchísimo,
con vehículos imbatibles en esos terrenos, como los
Citroen Visa 1000 Pistas y los Citroen AX 4x4, además
de otros más competitivos que el Montero, como el
Renault 5 Maxi Turbo, BMW 324 Td, BMW 325ix Chamonix, varios
Austin Metro 6R4, etc. Pese a eso, Capdevila y el Montero
eran habituales en el podio, demostrando la competitividad
y fiabilidad del modelo.
El equipo incorporó
también al privado Jorge Trujillo, que había
competido con el GC-9848-V en la categoría Diesel
(160CV). El coche recibió otra carrocería
de fibra y alguna mejora en un motor difícil de evolucionar
e incapaz de poder con la mayor cilindrada y prestaciones
de su rival, el Land Cruiser de Toyota (la "guagua").

Animado por los
excelentes resultados comerciales de la marca, el equipo
incorporó en 1989 un Montero Proto, que había
competido en el París - Dakar y en la Baja Aragón
dentro del equipo oficial Sonauto Francia. El coche -hoy
tristemente abandonado y posiblemente perdido para siempre,
en un gallinero de Fuerteventura- era espectacular en su
apariencia, muy potente (270 CV) y muy difícil de
conducir. Diseñado para las largas rectas del desierto,
su difícil adaptación a los rallys secretos
de tierra la comenzó Fernando Capdevila, la continuó
José Luis Rivero y la finalizó Aythami Alonso,
los tres pilotos oficiales de Japón Motor que se
subieron a este coche (además de dos rallys que hizo
Alberto Santana en 1989 ante la repentina salida de Capdevila).
Nunca alcanzó un resultado destacado, ya que sus
dimensiones convivían mal con los trazados de los
rallys de Canarias. Como anécdota, este vehículo
ha sido uno de los pocos que ha corrido patrocinado por
tres marcas de tabaco en Canarias: primero, con Camel y
Fernando Capdevila, después con Marlboro y José
Luis Rivero y por último con Rothmans y Aythami Alonso.

El Departamento
de Competición de Japón Motor fue reconocido
internacionalmente, al ser admitido en la red de Ralliart
y pasó a denominarse Ralliart Islas Canarias. Eso
permitía una comunicación más fluida
y un acceso más rápido a las piezas y mejoras,
que de todas formas siempre eran complicadas de trasladar
desde Japón o desde Francia.
En 1990 el equipo
incorporó el patrocinio de Marlboro, que también
estaría presente en el programa de asfalto con el
Mitsubishi Galant, y llegó a tener el equipo más
potente, con 3 unidades del Montero: José Luis Rivero
con el Montero Proto, Aythami Alonso con el GC-4404-AD y
motor de gasolina, y Ricardo Avero con el GC-9848-V en la
categoría Diesel, estos dos últimos dentro
del Junior Team. Fue un año de éxito total
para el equipo, ya que el campeonato fue ganado por Aythami
Alonso con todo merecimiento, imponiéndose a monturas
más adaptadas a este terreno, y demostrando que la
apuesta -criticada al inicio- de Mitsubishi por los jóvenes
pilotos, había dado sus frutos. Rivero fue tercero
y Campeón de Las Palmas. A mitad de año, cansados
de perder la categoría Diesel siempre frente a Toyota,
la unidad de Ricardo de Avero, tras ganar la categoría
Diesel en una ocasión, fue evolucionado y montó
el primer motor de Gasolina Sin Plomo en competición,
algo comercialmente muy interesante ante la introducción
de este nuevo combustible en las islas. Avero se anotó
la victoria absoluta en el debut de este combustible en
Canarias, siendo 4º de Canarias y subcampeón
de Tenerife.
En 1991 Aythami
compitió en el Campeonato de España de tierra
con el GC-4404-AD, siendo el primer todo terreno en aparecer
en el certamen. Fueron solo 4 rallys, los tres primeros
saldados con abandono y un 7º en la cuarta prueba,
un balance pequeño para tanto esfuerzo por superar
muchísimos problemas en tierras peninsulares, a las
que el vehículo nunca se terminó de adaptar.
En Canarias defendió el título con el Proto,
acabando segundo del certamen, en el que también
estuvo Luis Monzón con el coche ex-Avero, que había
sido designado como conductor en asfalto del Galant VR4.
En 1992 el equipo solo contó con un vehículo,
el Proto en manos de Aythami Alonso y patrocinado por Rothmans,
y ya en 1993 no hubo presencia oficial en el campeonato.
Una amplia legión
de pilotos privados compitieron también con el Montero,
con mayor o menor grado de apoyo de la marca, pero hicieron
que la presencia de los Montero en los rallys fuera habitual.

Las presiones
ecologistas así como la paulatina retirada de las
marcas tabaqueras, fueron minando los rallys de tierra,
hasta dejarlos reducidos a los Formula Rally en el Circuito
Islas Canarias para, posteriormente, extinguirse.
La presencia
de Japón Motor en competición fue amplia,
tanto en tierra como en asfalto, comenzando en 1985 con
Carlos Hafner y el Mitsubishi Lancer. En tierra terminó
en 1992 y en asfalto un año más tarde, en
1993. Durante 1993 -año de gran crisis económica
en el sector del automóvil por la entrada del IGIC-
el Grupo Ahlers y Rahn decide cancelar todas sus actividades
deportivas (también con el Mercedes 190 de Tomas
Gimeno), y fueron vendidos todos los efectivos de Japon
Motor y cerrando Ralliart Canarias. Sus coches y efectivos
de tierra fueron vendidos a diferentes privados, y al término
de la temporada 1993 toda la estructura de asfalto, los
dos Galant VR4 y todo el material de asistencias, fue adquirido
por Toñi Ponce y el equipo Camel.
Alfredo
Medina.

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